sábado, 18 de diciembre de 2010

Se vienen los Trabajos de Verano en Caspana

Cómo sería el nacimiento de Jesús hoy... usando las redes sociales




Mensaje Benedicto XVI a los universitarios en Roma

CIUDAD DEL VATICANO, 17 DIC 2010

"El Dios de Abraham (...) se ha revelado, ha mostrado su rostro y ha tomado morada en nuestra carne en Jesús, hijo de María -verdadero Dios y verdadero hombre-, al que encontraremos una vez más en la gruta de Belén", dijo el Papa en su homilía. "Regresar a ese lugar humilde y angosto no es sólo un itinerario ideal: es el camino que estamos llamados a recorrer sintiendo en nuestros días la cercanía de Dios y su acción que renueva y sostiene nuestra existencia".
"El camino hacia la gruta de Belén es un itinerario de liberación interior, una experiencia de libertad profunda porque nos empuja a salir de nosotros mismos y a encaminarnos hacia Dios que se acercó a nosotros" y "quiere infundir valor en nuestra vida, sobre todo cuando estamos cansados y fatigados y necesitamos volver a encontrar la serenidad del camino y sentirnos con alegría peregrinos hacia la eternidad. (...) El Niño que encontraremos entre María y José -explicó el pontífice- es el Logos-Amor, la Palabra que puede dar plena consistencia a nuestra vida. (...) En Belén se encuentran el hoy de Dios y el hoy del ser humano para iniciar juntos un camino de diálogo y de intensa comunión de vida".
"A vosotros, universitarios, que recorréis el camino fascinante y trabajoso de la búsqueda y la elaboración cultural, el Verbo encarnado os pide que compartáis con él la paciencia de construir. Construir la existencia propia, la sociedad, no es una obra que puedan realizar mentes y corazones distraídos y superficiales. (...) En nuestros tiempos se siente la necesidad de una nueva clase de intelectuales capaces de interpretar las dinámicas sociales y culturales que no ofrezcan soluciones abstractas, sino concretas y realistas. La Universidad está llamada a desempeñar este papel insustituible y la Iglesia la sostiene convencida".

Recomendado por Guillermo Baranda sj


lunes, 13 de diciembre de 2010

Comentario Tercer Domingo de Adviento por A. Sardiano SJ (Pastoral UCC)

En estos tiempos de cambios vertiginosos, de tensiones y conflictos permanentes y de todo tipo, y de confusión interior y desconcierto, es importante recordar que Jesús de Nazaret no es propiedad particular de las Iglesias ni de los cristianos. Es de todos, es patrimonio de la humanidad. A él pueden acercarse tanto quienes lo reconocen como Hijo de Dios, como también aquellos que aunque con total honestidad intelectual se consideran agnósticos o ateos, andan buscando un camino para superar la inhumanidad que todos llevamos dentro y poder vivir más digna y plenamente.

Hace ya muchos años, el conocido pensador Roger Garaudy, marxista convencido entonces, gritaba así a los cristianos: «Ustedes han recogido y conservado esta esperanza que es Jesucristo. Devuélvanla al mundo, porque ella nos pertenece a todos». Y casi por la misma época, el escritor francés Jean Onimus publicaba su apasionante y original libro sobre Jesús con el provocativo título de “El perturbador”. Dirigiéndose a Jesucristo, decía así en una de sus brillantes páginas: «¿Por qué vas a permanecer propiedad privada de los predicadores, de los doctores y de algunos eruditos, tú que has dicho cosas tan sencillas, palabras directas, palabras que permanecen para los hombres, palabras tan llenas de vida?». Y en otro libro suyo posterior, “Jesús en directo”, sumamente sugerente e igualmente apasionante, Onimus profundiza en esa idea cuando dice: «Devolver a Jesús su dimensión verdadera, la de un transformador de la vida, la de un acelerador de la evolución humana, dejando de lado la dimensión totalmente funcional y abstracta de redentor (el que rescata a los esclavos para liberarlos), no es un proyecto negativo, sino todo lo contrario: es reinsertar el Evangelio en la vida cotidiana y devolverle todo su peso ético.

Bloqueando la huída hacia arriba, en dirección a entidades y principios, se redescubre lo que tanto había impresionado a los primeros discípulos: un ser sobrehumano a fuerza de ser profundamente humano, humano hasta lo imposible». Por eso, es para alegrarse el hecho de saber que muchos hombres y mujeres, alejados de la práctica religiosa habitual, leen el Evangelio o algún libro sobre Jesús de Nazaret. Porque sin lugar a dudas, Jesús puede ser para muchos el mejor camino para encontrarse con ese misterio insondable que algunos llamamos Dios y que otros designan con mil nombres diferentes, pero que en definitiva y más allá de cómo se entienda, constituye un horizonte de esperanza y una invitación a una nueva manera de ser y de estar en el mundo basada en una convivencia respetuosa, pacífica, cordial y compasiva de los seres humanos entre sí y con la creación entera, que en definitiva tiene su fundamento en la conciencia de la unidad de la vida que nos religa a todos con todos y con todo.

Jesús no deja indiferente a nadie que se acerca a Él. Uno se encuentra, por fin, con alguien que vive en la verdad, alguien que sabe por qué hay que vivir y por qué merece la pena morir. Intuye que ese estilo de vivir tan «jesuano» es una manera acertada y lograda de enfrentarse a la vida y a la muerte.

Jesús sana. Su pasión por la vida pone al descubierto nuestra superficialidad, nuestros prejuicios y esquemas mentales anquilosados, y nuestros convencionalismos hipócritas. Su amor a los más débiles e indefensos desenmascara nuestros egoísmos, nuestra insensibilidad y nuestra falta de solidaridad. Su autenticidad pone al descubierto nuestros autoengaños y las trampas que nos tendemos a nosotros mismos para no hacernos cargo de nuestra responsabilidad a todo nivel pero especialmente en lo social. Pero, sobre todo, su fe incondicional en el ser humano nos invita a confiar en el proceso de la vida, por desesperada y desesperante que pueda ser una determinada situación.

Quienes hoy abandonan la Iglesia porque se encuentran incómodos dentro de ella, porque discrepan de las actuaciones o actitudes de algunos de sus miembros, o porque en conciencia no pueden aceptar ni estar de acuerdo con algunas de sus normativas o directrices concretas, o porque, sencillamente, la liturgia cristiana ha perdido para ellos todo interés vital, no deberían, por eso, abandonar automáticamente a Jesús. Cuando uno ha perdido otros puntos de referencia y siente que «algo» se está muriendo o apagando en su interior, puede ser decisivo no perder contacto con Jesús. De alguna manera y en algún sentido, justamente de eso nos habla el evangelio de hoy cuando el evangelista pone en boca de Jesús estas palabras: «¡Y dichoso aquel que no se sienta defraudado por mi!». Feliz de aquel y de aquella que, independientemente y más allá de sus creencias o convicciones religiosas, entiendan todo lo que Jesús de Nazaret puede significar en su vida…

Sugerido por Guillermo Baranda sj

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Hoy Fiesta Inmaculada Concepción


¿Por qué se celebra?

Promoción de Revista Mensaje

Fiel a su fundador, San Alberto Hurtado, Revista mensaje sigue hoy promoviendo una reflexión cristiana sobre la realidad de los acontecimientos de Chile y el Mundo. En este sentido es un buen instrumento de formación y crecimiento.
En esta Navidad están ofreciendo una promoción especial de suscripción anual por $19.000.- para los diez ejemplares que publica en el año.
Interesados escribir a ventas@mensaje.cl o bien ingresar al sitio www.mensaje.cl
Fono 2.6960653.-
Recomendado por Guillermo Baranda sj

lunes, 22 de noviembre de 2010

Trabajos de Verano


Del 3 al 15 de Enero 2011

Lugar: Pueblo de Caspana, SEGUNDA REGIÓN
Último plazo de Inscripción: Viernes 3 de Diciembre hasta las 17:00 hrs

con Juan Pablo Valenzuela sj (jpablosj@gmail.com)


Mensaje Conferencia Episcopal


"ESPERAMOS CON CONSTANCIA”
(Rom 8,25)

Mensaje al término de la 100ª Asamblea Plenaria de la CECh

1. Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile, nos hemos reunido para reavivar nuestra esperanza y para leer los signos de vida que Dios suscita en medio de nuestro pueblo y de nuestra Iglesia, atentos a la realidad y deseos de nuestra Patria.
Un grupo representativo de Obispos eméritos, de presbíteros, de laicos y laicas, de consagrados y consagradas y de diáconos permanentes, nos han acompañado, aportando el don de su propia vocación y experiencia eclesial. Juntos hemos buscado leer en los signos de los tiempos la presencia salvadora de Cristo Jesús, fuente de vida abundante y meta de nuestra historia. Por Él, "esperamos con constancia” porque Él es "la esperanza que no defrauda" (Rom 8,25; 5,5). Damos gracias a Dios por lo que compartimos en espíritu de comunión y participación.

2. En esta ocasión, hemos levantado nuestra mirada al Padre Dios, escuchado la voz de los hermanos, y puesto nombre a los signos de esperanza que alientan nuestro caminar eclesial y nacional:

- La fuerza espiritual compartida para superar el dolor, las pérdidas de vida, la destrucción de viviendas y lugares de trabajo, las pruebas que ocasionó y sigue ocasionando el terremoto;

- la alegría con la que se ha celebrado el bicentenario que ha llevado al agradecimiento a Dios y a recordar que no sólo tenemos un glorioso pasado que recordar, sino también una gran historia por construir;

- la fe de los 33 mineros y la fuerza inteligente y sostenida de quienes, junto con ellos, han escrito una gesta inolvidable y un germen de mucha generosidad;

- los deseos de participación justa y de integración del pueblo Mapuche y de otros pueblos originarios en la vida y quehacer de nuestra patria.

Gracias a Dios no faltan grandes y pequeños signos de esperanza que nos alientan en el caminar de todos los días.

3. Como comunidad de discípulos de Jesucristo queremos aportar a la construcción de Chile la gracia de la esperanza, conscientes de que:

- No hay esperanza sin compromiso con la verdad y con la honestidad de la escucha y el diálogo entre personas diversas. Cada chileno y chilena tiene algo que enseñar y algo que aprender. Sólo aprendiendo hay futuro. Sin búsqueda de la verdad no hay esperanza, sino victoria de unos sobre otros; sólo quedan vencedores y vencidos. Sin escucha y diálogo, es imposible un proyecto compartido y corresponsable que proyecte al futuro anhelado.

- No hay esperanza sin intentar entender lo que le pasa al otro, en particular a aquellos que reciben la peor parte de la vida en nuestra tierra, los peores sueldos, los peores ejemplos, las esperas más largas en los consultorios, los peores niveles de educación, las mayores soledades y las mayores dificultades para hallar trabajo, techo y pan sobre la mesa. La esperanza hunde su consistencia en la justicia y en la búsqueda del bien de todos.

- Nuestro gran deseo es convertirnos en testigos de la esperanza. Queremos contagiar esperanza a quienes nos gobiernan, a los transformadores sociales, a los educadores, a los trabajadores, a los pobres, a los jóvenes y los ancianos. Una esperanza que nos haga emprendedores de vida y de solidaridad y nos permita superar el desaliento y la frustración; una esperanza que es también virtud probada y que lleva a esperar contra toda esperanza (Rom 4,18).

4. Como discípulos misioneros de Jesucristo, queremos que la esperanza se convierta en un punto de partida de una etapa nueva de la historia de Chile. Muy distinto va a ser nuestro presente y nuestro futuro si lo emprendemos y lo vivimos teniendo a Jesús por protagonista, si somos conducidos por hombres y mujeres de esperanza y si alimentamos, con ella, la lámpara de nuestro diario caminar. También queremos celebrar la esperanza derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo: ello supone pedir perdón por la desesperanza vivida y sembrada; agradecer la esperanza que nos mueve a hacer más y mejor, a suplicar aumento de gracia y de consuelo, y a experimentar la alegría de otear el horizonte con los ojos de Jesús.

A eso estamos invitados en el Adviento que se acerca. La liturgia de este tiempo llevará a descubrir que la esperanza pone en nuestras vidas, felicidad, fidelidad y fecundidad, y a pedir al Padre Dios fortaleza en la fe, constancia en el amor y seguridad en la esperanza.

5. Con María, la Virgen Santa, cantamos y pedimos que mantenga el ritmo de nuestra espera. Ella lo hace al darnos al Esperado de los tiempos y al regalarnos su presencia maternal. Con Ella llegaremos lejos, hasta donde la esperanza nos lleve. Su visita al país en la hermosa imagen bendecida por el Papa Benedicto nos ha colmado de gozo; sus hijos la hemos descubierto como causa de nuestra esperanza y Madre del Consuelo. Nuestra historia nos enseña que nada comienza o recomienza sin su presencia: Reina y Madre de misericordia, nos muestra y ofrece a Jesús, el fruto bendito de su vientre, nuestro Redentor y Señor.

Como en la celebración de la Misa por Chile, en Maipú, seguiremos unidos a todos ustedes en el Corazón de Jesús y de María.


Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile

Punta de Tralca, 19 de noviembre de 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

FECHAS DE ACTIVIDADES

Secundarios:
  • 18 al 24 de Diciembre: Actividad 2° medios
  • 3 al 15 de Enero 2011: Trabajos de Verano-Caspana

Jóvenes:
  • 20 al 30 de Enero 2011: Campamento de Formación- Tirúa- Región del Bío Bío

Adultos:

Ejercicios Espirituales
  • 9 al 13 de Enero, acompañan Eduardo Muñoz sj y Guillermo Baranda sj
  • 22 al 30 de Enero, acompaña Andrés Hubert sj
Inscripción para EE.EE adultos con Juanita Villalobos, secretaria Pastoral Colegio San Luis

domingo, 14 de noviembre de 2010

Campamento Formación CVX Jóvenes 2011




Desde este sábado 13 de nov y hasta el 15 de diciembre estarán abiertas las inscripciones para el Campamento de Formación (pago de inscripción $10.000.-) .
Los interesados deben comunicarse con su asesor de comunidad o con Naty Chamorro al correo cvxjantof@gmail.com
El costo total del campamento es de $30.000.- (no incluye traslado)

Revisión de Vida III medios (2° parte)






Fotos JP Valenzuela sj

Revisión de Vida III medios (1° parte)






Fotos de JP Valenzuela sj


lunes, 8 de noviembre de 2010

Mes de María

Mujer de camino y mesa compartida

Escrito por Nicole Vásquez (CVX Jóvenes Santiago)

Pasaban 1,2,3 minutos, y la cápsula seguía subiendo… todos nos encontrábamos expectantes a la espera de que se asomara el primero de los 33 que volvería a encontrarse con los suyos luego de 70 días en que sólo pudieron acompañarse y alumbrarse con la luz de sus cascos. Se encontrarían con la luz de la luna, con el flash de las cámaras, con la luz de la mirada ansiosa y esperanzada de las familias que esperaban el encuentro, develando la enorme profundidad de la tierra que se hacía notar durante esos 15 minutos de ascenso.

Esa actitud de espera atónita, silenciosa, entregada, se nos hace conocida a todos los chilenos, ya que nos ha acompañado durante este año desde el particular clamor de nuestra Tierra, la cual ha necesitado rasgarse, reacomodarse, encontrar un nuevo punto desde el cual seguir dándonos sustento, desde donde nacen nuevas formas, nuevas geografías…

Este es el Chile que vivimos hoy y del que podemos leer los signos de Dios para nosotros. Algo significativo se esconde tras ese viaje hacia la superficie, tras esa mirada atenta de un país entero que intenta observar a través de un pequeño orificio aquel espacio profundo e infinito que posibilita el encuentro.
Esta imagen ha logrado conectarme con una joven sencilla de Nazareth, desde su actitud de escucha creyente, de espera y compañía gratuita. Una joven marginal que, siendo una como nosotr@s, ha permitido vislumbrar en su propio vientre el milagro del encuentro entre la profundidad de nuestra tierra y lo trascendente. Ha sido esta joven que he tenido la dicha de conocer y re-conocer desde los Ejercicios Espirituales bajo el nombre de “Nuestra Señora del Camino” la que, lejos de guardarme para ella bajo un cuidado señorial, me ha alentado en el seguimiento de Jesús.
María es “la que creyó primero”, la que se entrega ella toda y acoge las promesas de Dios en su vientre, dejando que en ese diálogo se produzca el milagro: la Vida. En esa vida de Jesús, se vuelve plenamente madre, enseñándole a dar sus primeros pasos en el mundo, a decir sus primeras palabras. En esta tarea, María no sólo acoge la promesa del Reino sino que la protege, deja que tome su vida entera… nos enseña sobre una promesa de Dios que transforma, desafía y cuestiona, una promesa que es dinámica y moviliza en pos del seguimiento de Jesús. Ella es la que recorre primero el camino, y mediante éste, nos conecta con Nuestro Señor.
Para mí, María ha sido madre, confidente e inspiración, modelo de amor y de servicio desde lo profundo de su Ser Mujer; mujer del ayer y del hoy, que en el dinamismo del seguimiento se suma al conflicto de Jesús. Conflicto que nos desacomoda porque se hace presente también hoy, desde los excluidos de nuestro tiempo, desde aquéllos que por más que quisieran no encuentran a nadie que les ayude a salir a la superficie. Ella no nos regala sus dones con el fin de desviar nuestra mirada hacia una devoción autorreferente, sino que nos anima desde Su ejemplo en el seguimiento confiado y atento de su Hijo, ayudándonos a salir de nosotros mismos en búsqueda del encuentro con Aquél que su voz no es escuchada.
Pidámosle especialmente en este mes, ese don tan propio de ella de “escuchar creyendo” desde nuestros miedos y dudas, desde las nuevas geografías de nuestro país y sus fragilidades hondas, para que podamos ayudar a levantar a partir de ellas, un país que acoge, que acompaña gratuitamente, que valora su tierra y a todos quienes son parte de ella. Un país que sea como aquel campamento Esperanza que fue capaz de unirse desde la diversidad, de compartir la mesa, los dolores y las alegrías, ya que ellos fueron ejemplo, como María, de que salir de nuestra casa a un lugar común para compartir la vida en su esplendor, es promesa de Reino para el Chile que soñamos.

martes, 21 de septiembre de 2010

Taller Formativo

Oración Cantada

La Iglesia del Bicentenario

Le invitamos a que lean un artículo de Jorge Costadoat SJ, publicado en el Blog Peregrinos

Mensaje Presidente Consejo Nacional

Amigos(as),
En esta fecha tan especial para Chile, reciban un abrazo y un gran saludo.
En Chile celebramos 200 años de historia, en que hay luces y sombras.
Doscientos años que nos llenas de orgullo y también nos hacen reflexionar con tristeza.
Tanto hecho y tanto por hacer.
En particular en este año no podemos dejar de tener el corazón con nuestros hermanos que tanto están sufriendo producto del terremoto y maremoto.
No podemos dejar de tener presente que todavía hay 33 mineros esperando ser rescatados en el norte
No podemos dejar de rezar por una solución al problema que como sociedad tenemos con nuestros hermanos mapuches.


Celebremos, hay que hacerlo, pero con el corazón solidario con quienes hoy están pasando un momento complicado.

Un abrazo amigos, felices fiestas y si pueden difundan este saludo en nuestras comunidades



Miguel Collado Y.

sábado, 18 de septiembre de 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

Carta CEN-CVX Chile

Concepción, 12 de septiembre de 2010.


Queridos amigos y amigas en el Señor:


Nuestros pastores una vez más han hablado enérgicamente acerca de la gravísima situación de injusticia que afecta al pueblo mapuche. Lamentablemente esta realidad se nos ha hecho visible no por la razón, sino que por la medida extrema para llamar la atención y crear conciencia a la que se han visto obligados los 32 hermanos mapuche en huelga de hambre. Este ha sido -hasta ahora- el único modo que ellos han tenido para sensibilizarnos, generar opinión pública y movilizar al país en relación con su causa.


Como cevequianos estamos llamados a “trabajar en unión con todo el Pueblo de Dios y con los hombres de buena voluntad por el progreso y la paz, la justicia y la caridad, la libertad y la dignidad de todos”(PP.GG 2), cuanto más si la orientación para este difícil momento, que enfrenta al pueblo mapuche con el estado chileno, está siendo señalada con claridad por los pastores de Rancagua, Concepción y Temuco.

Todos podemos hacer algo en distintos, pero no menos relevantes espacios,. Esta es una oportunidad que exige el despliegue ágil de nuestra vocación y misión, en los diferentes campos donde CVX está presente, ya sea de manera comunitaria o personal. Ante esta situación no podemos quedar indiferentes sin lesionar gravemente el tesoro de la fe que hemos recibido en el Evangelio de Jesucristo.

Les hacemos un llamado a formarnos y tomar posición frente a esta situación. Sabemos que somos un cuerpo apostólico enriquecido con distintas perspectivas y sensibilidades, heredadas de nuestro propio origen y formación. Al mismo tiempo, tenemos que hacer llegar el evangelio a nuestros corazones, poniendo medios para cultivar una recta conciencia frente a la situación de los pueblos originarios, que sostenga nuestra voluntad de asociarnos como laicos a la misión de Jesucristo, que quiere sanar las heridas causadas por la injusticia.

“Hemos recibido de Cristo la misión de ser sus testigos entre los hombres por medio de nuestras actitudes, palabras y acciones, haciendo propia su misión de dar la Buena Noticia a los pobres, anunciar a los cautivos su libertad, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. … La Comunidad nos urge a proclamar la Palabra de Dios a todas las personas, y a trabajar en la reforma de las estructuras de la sociedad tomando parte en los esfuerzos de liberación de quienes son víctimas de toda clase de discriminación” (PP GG 8)


Los convocamos a reunirnos en nuestras comunidades o en asambleas extraordinarias, invocando la presencia del Espíritu Santo en esos encuentros, para discernir juntos el modo en el cual Jesucristo, como miembros de su Iglesia, nos quiere enviar, acompañar y evaluar en esta hora y ante esta situación. Necesitamos “hacer propias las opciones de Jesucristo especialmente orientadas a los sectores de mayor pobreza y donde las fronteras y barreras de nuestro tiempo aún no han sido derribadas” (Gracia Asamblea Nacional 2010). ¿Qué haría Cristo en nuestro lugar? … ¿Se quedaría callado? … ¿Tomaría partido? … ¿qué diría? … ¿Qué haría?


Les sugerimos que no se limiten en este proceso con la visión que nos puedan presentar los medios de comunicación ni con el recuerdo de nuestras clases de historia de Chile. Queremos ser comunidades proféticas, mirando y oyendo lo que Dios observa y escucha (Asamblea de Fátima). Los invitamos a enriquecer nuestros afectos con los elementos de juicio que los propios afectados y sus organizaciones nos están presentando. A contemplar la historia, sin las distorsiones que la han teñido por años, a escuchar el clamor de ese pueblo que Dios ama y finalmente a imaginarnos lo que el Señor debe sentir ante esta situación. Con esos elementos, podremos proféticamente elevar nuestra voz y actuar según lo que nuestra conciencia nos invite. No podemos permitir, una vez más que la voz de los pueblos originarios sea tendenciosamente manipulada hasta la asfixia, lo que ha motivado la huelga de hambre de nuestros hermanos mapuches.

Adjuntamos la declaración de los obispos de Rancagua, Concepción y Temuco, carta a los jesuitas y la homilía del P. Provincial en el día de nuestro patrono san Alberto Hurtado y la guía de la iglesia para el día de oración por los pueblos originarios que pueden facilitar la comprensión del tema.


Atentos a cómo desarrollen en sus comunidades esta reflexión y a compartir los signos que germinan como fruto del discernimiento les saludan con mucho cariño ...

En el Señor


Comunidad de Vida Cristiana

Consejo Nacional

martes, 31 de agosto de 2010

"Vivir juntos" por Mario Inzulza

http://www.todoslosdomingos.blogspot.com/ (Recomendado por Gabriela Monardes)


Hay personas que piensan que crecer es progresar. Como en esos antiguos juegos donde las fichas iban saltando los casilleros al ritmo de los dados, nos imaginamos que la vida será mejor mientras más cerca se esté de la meta y que cada vez que sale ‘6’ es tener buena suerte. Mirada así, la vida es un camino siempre hacia adelante y en constante progresión, donde una vez encontrado el ‘objetivo’ debemos ir acumulando experiencias que nos enriquezcan y donde el único problema es la velocidad con que nos acerquemos a ese fin.

Muchas veces este modo de imaginar la vida ha sido usado para referirse a la vocación. Así, el ‘llamado’ aparece como una voz que, desde el interior o el exterior, indica qué hacer con la vida y hacía dónde hay que avanzar. Igual que en las tragedias griegas donde el protagonista recibe una misión que debe cumplir contra viento y marea, la vocación viene a ser el faro que ilumina el caminar en medio de la oscuridad de la vida y que, una vez alcanzado, nos permite decir: “¡tarea cumplida!

El problema viene cuando esta idea de la vida y de la vocación se hace llamar cristiana. Según esta lógica, la voluntad de Dios sería un plan maestro del cual cada ser humano es parte y tiene una misión particular a cumplir. La tarea del cristiano, entonces, sería descubrir cuál es esa tarea que Dios le ha designado en la vida. La oración, las prácticas de fe y el servicio de los demás serían los medios para descubrir, en medio de tanta maleza, de dónde viene el llamado y cuál es la opción a tomar. Pero una vez sabida, el resto es fácil: con el objetivo claro, hay que progresar sin perder el norte frente a los ‘obstáculos’ o ‘pruebas’ que en el camino se esconden y planean la emboscada.

¿Por qué esta visión no sería cristiana –al menos, totalmente–? Las primeras comunidades cristianas nos han transmitido que, en Jesús de Nazareth, Dios Padre ha hablado clarito y sin ambigüedades. Ahí está la vocación que ha recibido toda la creación desde siempre y para siempre: ser otro Cristo. De ese llamado ‘no se salva nadie’. Dios quiere hijos y hermanos; esa es su única llamada y eterna invitación. La vocación, entonces, no es algo a hacer, sino una relación a construir y cuidar. ¿Cómo? ¿Haciendo qué? Eso lo deberá ver cada uno, confrontando sus propios deseos con la experiencia de Jesús, la tradición de la Iglesia y lo que los tiempos reclamen. Dios no elegirá por mí, ni dirá: “quiero que seas abogado, enfermera, sacerdote”. Libremente, cada hombre y mujer deberá elegir dónde, cómo y con quién amará más a Dios y a los demás; después, deberá ser fiel a la palabra empeñada y seguir cultivando esa relación que tendrá, como fruto, tal o cual acción particular. Insisto: Dios quiere hijos e hijas con quienes relacionarse y hacer cosas juntos, no gente buena que cumpla con su deber o que haga cosas en Su nombre.

Con Dios la vida es menos clara, pues todo va dependiendo de lo que hacemos con Él. Es una relación que, como todas, tiene sus ritmos. Y puede resultar que nuestra existencia, en vez de ir para adelante y progresar, vaya para atrás y se hunda… como en Viernes Santo. Por lo mismo, cuando un matrimonio cumpla 50 años de matrimonio no hay que alegrarse por la meta cumplida o la capacidad de soportar las dificultades. La pregunta cristiana será: todos estos años, lo que han hecho, ¿lo han hecho juntos?

jueves, 19 de agosto de 2010

Solidaridad por Nathan Stone sj

Si un hermano está desnudo y no tiene nada para comer, y les dice: “Váyase en paz, abríguese y coma”, pero no le da lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? Santiago 2:15-16

Para su curso de Doctrina Social, pregunté a los universitarios por el sentido de la ayuda al próximo en la enseñanza del la Iglesia; precisamente, por cómo se relaciona con el evangelio. Muchos contestaron que hay que atender al necesitado en este mundo para que a uno le vaya bien en el más allá. Quedé asombrado.
Si es así, es un negocio. Los objetivos parecen celestiales, quizás, y por eso, teñido de religión. Sin embargo, la participación es interesada, egoísta y sin amor. Resulta una imposición desagradable, otro mandamiento más, otro kilobyte de burocracia fría, desconectada y autoritaria, con un beneficio postergado, no para el próximo, sino para uno mismo.
Si eso fuera el sentido de los proyectos solidarios, obvio que sería inútil medir los resultados. Si el objetivo no es la superación de la pobreza, sino ir al cielo, habrá que evaluar más adelante, cuando estemos muertos. Eso no está en el evangelio. Es un invento. Para poder preguntarse, ¿qué haría Cristo en mi lugar?, hay que conocer el criterio del Maestro. ¿Cómo actúa Jesús, frente al hermano solo y desamparado?
La responsabilidad social ha estado de moda últimamente. El problema es que las modas pasan de moda. ¿Con qué nos quedamos después? Sirve para hacerse amigos y vanagloriarse del emprendimiento personal. Por otro lado, ¿nos atrevemos a preguntar cómo ha mejorado la situación del excluido a consecuencia de nuestros esfuerzos?
La ayuda al prójimo puede distorsionarse de muchas maneras. Significa prestigio para las instituciones, una estrategia de comunicación social que resulta barata y beneficiosa. Es publicidad gratuita para la empresa, y resulta políticamente expedito para los partidos. El excluido es una estadística para mi tesis, una cifra para mi proyecto. Lo seguimos deshumanizando, estudiándolo con lupa pero sin caridad. Se puede bailar al ritmo de la música porque está de moda, sin jamás amar. He ahí el problema.
La solidaridad auténtica nace de la compasión. Los discípulos de Jesús miran al marginado, al forastero y al encarcelado, y ven a un hermano. El amor cristiano dice, tu causa es mi causa, tu pena es mi pena, tu tristeza es mi tristeza, tu alegría es mi alegría. Al identificar nuestras vidas con el Señor de la esperanza, ya no hay “ustedes” y “nosotros”, sino una sola mesa que incluye al excluido, donde hay un lugar para todos sin excepciones.
Para los seguidores de Cristo Jesús, (me refiero al Cristo valiente de las bienaventuranzas, que sana enfermos y alimenta a multitudes), la solidaridad es su vida, su pasión y su sentido. Sin temor a comprometerse, los misioneros del evangelio pueden decir, tu terremoto es mi terremoto. Tu situación de calle es mi situación de calle. Tu drogadicción es mi drogadicción. Tu casa inundada por la lluvia inesperada es mi casa, también.
La auténtica solidaridad no es un proyecto personal. No es cosa de cada uno. Es contagiosa, un fuego que enciende a otros fuegos. Padre Hurtado no es para nosotros un lindo recuerdo y una estampita. Es un modelo, una inspiración, un ejemplo a seguir. El Santo Padre lo elevó a los altares un 23 de octubre de 2005, pero su espíritu sigue vigente aquí en la tierra.
No se trata de dar hasta donde me conviene, ni tampoco de dar hasta que duela, sino de dar todo lo que tenemos, como lo hizo San Alberto, como lo hizo Cristo Jesús. Él es el amor solidario hecho hombre para nuestra salvación. La santidad de San Alberto consiste en su entrega total, por los demás, sin esperar nada a cambio.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Talleres de Formación dictados por P. Juan Ochagavía Sj.


Taller "Grandes Verdades de la Fe"

Lunes 30 de agosto, Miércoles 01 y Viernes 03 de septiembre de 19:00 a 21:00 hrs.

Taller “Autobiografía de San Ignacio de Loyola”

Martes 31 de agosto y Jueves 02 de septiembre de 19:00 a 21:00 hrs.

Sábado 04 de septiembre de 09:00 a 11:00 hrs.


¡No dejes pasar esta oportunidad de formarte y crecer!

Cada Taller tiene un costo de $ 2.000.- (hay posibilidades de becas parciales)

Inscripciones: Juanita Villalobos 467012, Oficina Pastoral Colegio San Luis, jvillalobos@colegiosanluis.cl

Lugar: Sala Audiovisual 1 del Colegio San Luis.

Invitan: Departamento de Pastoral y Formación del Colegio San Luis, y la Comunidad de Vida Cristiana, CVX.

Invitación Oración Cantada de Agosto