miércoles, 29 de febrero de 2012

Mensaje de Cuaresma del Papa


 LA CARIDAD, MEDIO DE SALVACIÓN




 CIUDAD DEL VATICANO, 7 FEB 2012 (VIS).-Hoy se ha publicado el mensaje escrito por el Santo Padre para la Cuaresma, en el que reflexiona sobre el versículo 24 de la Carta a los Hebreos: “Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras”. Ofrecemos a continuación amplios extractos del texto: La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario”. (…) Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: ‘Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras’ (10,24)”. (…)

 1. ‘Fijémonos: la responsabilidad para con el hermano.

   “El primer elemento es la invitación a ‘fijarse’ (…) El verbo que abre nuestra exhortación invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, y a estar atentos los unos a los otros, a no mostrarse extraños, indiferentes a la suerte de los hermanos. Sin embargo, con frecuencia prevalece la actitud contraria: la indiferencia o el desinterés, que nacen del egoísmo, encubierto bajo la apariencia del respeto por la ‘esfera privada’. (…) Hoy Dios nos sigue pidiendo que seamos ‘guardianes’ de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), que entablemos relaciones caracterizadas por el cuidado reciproco, por la atención al bien del otro y a todo su bien. El gran mandamiento del amor al prójimo exige y urge a tomar conciencia de que tenemos una responsabilidad respecto a quien, como yo, es criatura e hijo de Dios: el hecho de ser hermanos en humanidad y, en muchos casos, también en la fe, debe llevarnos a ver en el otro a un verdadero 'alter ego', a quien el Señor ama infinitamente. Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de nuestro corazón”. (…)

   “La atención al otro conlleva desear el bien para él o para ella en todos los aspectos: físico, moral y espiritual. La cultura contemporánea parece haber perdido el sentido del bien y del mal, por lo que es necesario reafirmar con fuerza que el bien existe y vence, porque Dios es ‘bueno y hace el bien’ (Sal 119,68). El bien es lo que suscita, protege y promueve la vida, la fraternidad y la comunión. La responsabilidad para con el prójimo significa, por tanto, querer y hacer el bien del otro, deseando que también él se abra a la lógica del bien; interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades. La Sagrada Escritura nos pone en guardia ante el peligro de tener el corazón endurecido por una especie de ‘anestesia espiritual’ que nos deja ciegos ante los sufrimientos de los demás. El evangelista Lucas refiere dos parábolas de Jesús, en las cuales se indican dos ejemplos de esta situación que puede crearse en el corazón del hombre”: la parábola del buen Samaritano y la del rico Epulón y el pobre Lázaro. “En ambos casos se trata de lo contrario de ‘fijarse’, de mirar con amor y compasión. ¿Qué es lo que impide esta mirada humana y amorosa hacia el hermano? Con frecuencia son la riqueza material y la saciedad, pero también el anteponer los propios intereses y las propias preocupaciones a todo lo demás. Nunca debemos ser incapaces de ‘tener misericordia’ para con quien sufre; nuestras cosas y nuestros problemas nunca deben absorber nuestro corazón hasta el punto de hacernos sordos al grito del pobre. (…) El encuentro con el otro y el hecho de abrir el corazón a su necesidad son ocasión de salvación y de bienaventuranza”.

   “El ‘fijarse’ en el hermano comprende además la solicitud por su bien espiritual. Y aquí deseo recordar un aspecto de la vida cristiana que a mi parecer ha caído en el olvido: la corrección fraterna con vistas a la salvación eterna. Hoy somos generalmente muy sensibles al aspecto del cuidado y la caridad en relación al bien físico y material de los demás, pero callamos casi por completo respecto a la responsabilidad espiritual para con los hermanos. No era así en la Iglesia de los primeros tiempos (…). Cristo mismo nos manda reprender al hermano que está cometiendo un pecado (cf. Mt 18,15). (…) La tradición de la Iglesia enumera entre las obras de misericordia espiritual la de 'corregir al que se equivoca'. Es importante recuperar esta dimensión de la caridad cristiana. Frente al mal no hay que callar. Pienso aquí en la actitud de aquellos cristianos que, por respeto humano o por simple comodidad, se adecuan a la mentalidad común, en lugar de poner en guardia a sus hermanos acerca de los modos de pensar y de actuar que contradicen la verdad y no siguen el camino del bien. Sin embargo, lo que anima la reprensión cristiana nunca es un espíritu de condena o recriminación; lo que la mueve es siempre el amor y la misericordia, y brota de la verdadera solicitud por el bien del hermano. (…) En nuestro mundo impregnado de individualismo, es necesario que se redescubra la importancia de la corrección fraterna, para caminar juntos hacia la santidad. (…) Es un gran servicio ayudar y dejarse ayudar a leer con verdad dentro de uno mismo, para mejorar nuestra vida y caminar cada vez más rectamente por los caminos del Señor”. (…)

 2. “Los unos en los otros”: el don de la reciprocidad.

   “Este ser ‘guardianes’ de los demás contrasta con una mentalidad que, al reducir la vida sólo a la dimensión terrena, no la considera en perspectiva escatológica y acepta cualquier decisión moral en nombre de la libertad individual. Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos físicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida. En la comunidad cristiana no debe ser así”. (…)
   “Los discípulos del Señor, unidos a Cristo mediante la Eucaristía, viven en una comunión que los vincula los unos a los otros como miembros de un solo cuerpo. Esto significa que el otro me pertenece, su vida, su salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación. Aquí tocamos un elemento muy profundo de la comunión: nuestra existencia está relacionada con la de los demás, tanto en el bien como en el mal; tanto el pecado como las obras de caridad tienen también una dimensión social. En la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, se verifica esta reciprocidad: la comunidad no cesa de hacer penitencia y de invocar perdón por los pecados de sus hijos, pero al mismo tiempo se alegra, y continuamente se llena de júbilo por los testimonios de virtud y de caridad, que se multiplican. (…) Todo cristiano puede expresar en la preocupación concreta por los más pobres su participación del único cuerpo que es la Iglesia. La atención a los demás en la reciprocidad es también reconocer y agradecer el bien que el Señor realiza en ellos”. (…)

 3. “Para estímulo de la caridad y las buenas obras”: caminar juntos en la santidad.

   “Esta expresión de la Carta a los Hebreos (10, 24) nos lleva a considerar la llamada universal a la santidad. (…) El tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios. Así la Iglesia misma crece y se desarrolla para llegar a la madurez de la plenitud de Cristo (cf. Ef 4,13). En esta perspectiva dinámica de crecimiento se sitúa nuestra exhortación a animarnos recíprocamente para alcanzar la plenitud del amor y de las buenas obras”.

   “Lamentablemente, siempre está presente la tentación de la tibieza, de sofocar el Espíritu, de negarse a ‘comerciar con los talentos’ que se nos ha dado para nuestro bien y el de los demás (cf. Mt 25,25ss). Todos hemos recibido riquezas espirituales o materiales útiles para el cumplimiento del plan divino, para el bien de la Iglesia y la salvación personal. Los maestros de espiritualidad recuerdan que, en la vida de fe, quien no avanza, retrocede”. (…)

   “Ante un mundo que exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor, todos han de sentir la urgencia de ponerse a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras . Esta llamada es especialmente intensa en el tiempo santo de preparación a la Pascua”. 

domingo, 26 de febrero de 2012

Reunión Consejo Mundial 2


Les dejamos la segunda parte de los testimonios sobre la Reunión Mundial. Recuerden que para más información pueden ingresar a www.cvx-clc.net

sábado, 25 de febrero de 2012

Reunión Consejo Mundial



El Consejo Mundial de la CVX se ha reunido en Roma para definir desafíos y proyectos, y para preparar la Asamblea Mundial del 2013. Y han querido compartir con nosotros unos videos, en donde cevequianos y cevequianas de diferentes partes del mundo, hablan de lo vivido estos días.
Para más información de los frutos de cada día, pueden entrar a la página de la CVX Mundial, www.cvx-clc.net

jueves, 23 de febrero de 2012

Especial Cuaresma

Les recomendamos visitar pastoralsj, que ha publicado un especial con diferentes reflexiones y oraciones para ir preparando el corazón durante el tiempo de Cuaresma.


Comenzamos Cuaresma...


Los estudiantes por Nathan Stone sj...
Conviértanse, y crean en el evangelio.   Marcos 1:15

Mauricio (no es su nombre verdadero) vuelve de la universidad a su casa todos los veranos, para compartir con su familia y para trabajar.  Este año, su descanso fue corto.  El año académico se atrasó por la huelga estudiantil que duró 135 días. 


Mauricio estudia física con mención en astronomía en la más prestigiosa universidad del norte de Chile.   Para estudiar, debe aprovechar todos los beneficios imaginables; beca alimenticia, subsidio de alojamiento, crédito estatal y préstamo de financiera particular.  Aun así, no le alcanza.  Trabaja cuando puede, noches y fines de semana, con lo cual estudia menos de lo debe. La física no es fácil.  En estas condiciones, Mauricio ha tenido que repetir materias, con lo cual, su paso por la universidad se ha prolongado.  Así, también, su deuda se ha amontonado. 


Cuando va a Ovalle en verano, suele pasar unos días con su madre y sus abuelos.  No tiene a nadie más.  Su casa es casa de campo, con piso de tierra.  Sale a buscar trabajo, y siempre encuentra, de temporero en la fruta.  Me parece injusto.  Mauricio trabaja por el sueldo mínimo para pagar los salones con aire acondicionado, los vehículos nuevos y las comidas en el hotel que su universidad “necesita” para asegurar su prestigio institucional. 


Yo trabajé en la universidad donde Mauricio estudia.  Me llamó la atención la buena remuneración de los académicos, administradores y funcionarios.  Me llamó la atención, además, cuántos eran.  Me llamó la atención la poca dedicación a la enseñanza y el mínimo compromiso con el servicio al estudiante (con excepciones notables).   Me llamó la atención el régimen de privilegio y jerarquía, la sensibilidad para ser contrariados, y la resistencia ante cualquier tipo de diálogo razonable. 


Durante el régimen militar, la educación pública (entre otras cosas) prácticamente desapareció; siendo ella reemplazada por la educación particular pagada.  Es otra bestia.  Hay más vacantes ahora que antes, es cierto.  Sin embargo, son vacantes en un sistema que ofrece educación de mala calidad a cualquiera que tenga la capacidad (o la imprudencia) para endeudarse. Muchos estudiantes terminan sin título universitario; y con deuda bancaria.


Hoy, la educación, al igual que la salud, es un negocio.  Es un privilegio que está en venta para los que pueden pagar; o postergar y pagar con intereses.  Se acumula “educación”, (o bien, la apariencia de educación, porque no aprenden nada) para garantizarse un espacio en el mundo de los privilegiados que viven del sudor de otros muchos que trabajan por el sueldo mínimo. 
La educación ya no es un derecho.  Tampoco crea el compromiso de contribuir nada a la sociedad, porque la sociedad no ha entregado nada al estudiante.  Se lo vendió.  En el sistema post régimen militar, no cabe la solidaridad.  Ya nada debe de hacerse gratis. 


Los estudiantes, a todo nivel, hicieron huelga el año pasado.  Saben que algo anda mal.  En muchos casos, fue un desahogo, no más.  No saben hacer huelga.  No saben proponer cambios profundos, a base de ideales claros; no saben luchar por ellos con cordura y valentía.  Fueron a negociar aranceles, alzas, porcentajes y beneficios, asesorados por ingenieros comerciales. Pero así, no cambia nada de fondo, y la educación continua siendo un negocio.  Igual que la salud. 


Nadie se atreve a pensar que podría haber otro sistema, que la educación de los más aptos podría ser la responsabilidad de todos, y en beneficio de todos.  Para la sociedad, a largo plazo, es una inversión más rentable que carreteras o armamentos. Se va a “resolver” el conflicto estudiantil del 2011 con algunos ajustes cosméticos y sin transformar nada de fondo.  Hay muchos que ya aprendieron a zanganearse de la educación como está.  Les gusta así.  El privilegio se instaló como ideología, y tenemos para rato con él.  Sin cambios de fondo, el problema persiste.  Vivimos a la sombra de la dictadura aún.


En cuaresma, el cristiano suele entender el llamado a la conversión en claves de mudanzas mínimas, también; de adaptaciones cosméticas, sin cambiar nada de fondo; sin echarle mano al sistema mismo; sin cuestionarse cómo vive ni para quién. 


La conversión en verdad es cosa seria.  Van a haber reclamos, obvio, porque se ha instalado otro modo de proceder, del cual muchos ya aprendieron a lucrar, del cual muchos son adictos, técnicos y promotores.  Con más razón, es urgente.  La conversión de fondo es la salvación de todos.  La solidaridad es posible.  El evangelio puede ser realidad, si logramos creer en él, confiar en él, apostar por él.

viernes, 10 de febrero de 2012

Página CVX Latinoamerica


Les invitamos a conocer LACVX, sitio que reúne a todos los países de LAtinoamerica en donde hay CVX. 

miércoles, 8 de febrero de 2012

Mirada Global


Mirada Global, es una página que desea generar dialogo y contribuir a la construcción de la justicia y armonía en la comunidad latinoamericana y del caribe. Desarrollando temas políticos, económicos, culturales, de la sociedad, religión, entre otros.