lunes, 22 de noviembre de 2010

Trabajos de Verano


Del 3 al 15 de Enero 2011

Lugar: Pueblo de Caspana, SEGUNDA REGIÓN
Último plazo de Inscripción: Viernes 3 de Diciembre hasta las 17:00 hrs

con Juan Pablo Valenzuela sj (jpablosj@gmail.com)


Mensaje Conferencia Episcopal


"ESPERAMOS CON CONSTANCIA”
(Rom 8,25)

Mensaje al término de la 100ª Asamblea Plenaria de la CECh

1. Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile, nos hemos reunido para reavivar nuestra esperanza y para leer los signos de vida que Dios suscita en medio de nuestro pueblo y de nuestra Iglesia, atentos a la realidad y deseos de nuestra Patria.
Un grupo representativo de Obispos eméritos, de presbíteros, de laicos y laicas, de consagrados y consagradas y de diáconos permanentes, nos han acompañado, aportando el don de su propia vocación y experiencia eclesial. Juntos hemos buscado leer en los signos de los tiempos la presencia salvadora de Cristo Jesús, fuente de vida abundante y meta de nuestra historia. Por Él, "esperamos con constancia” porque Él es "la esperanza que no defrauda" (Rom 8,25; 5,5). Damos gracias a Dios por lo que compartimos en espíritu de comunión y participación.

2. En esta ocasión, hemos levantado nuestra mirada al Padre Dios, escuchado la voz de los hermanos, y puesto nombre a los signos de esperanza que alientan nuestro caminar eclesial y nacional:

- La fuerza espiritual compartida para superar el dolor, las pérdidas de vida, la destrucción de viviendas y lugares de trabajo, las pruebas que ocasionó y sigue ocasionando el terremoto;

- la alegría con la que se ha celebrado el bicentenario que ha llevado al agradecimiento a Dios y a recordar que no sólo tenemos un glorioso pasado que recordar, sino también una gran historia por construir;

- la fe de los 33 mineros y la fuerza inteligente y sostenida de quienes, junto con ellos, han escrito una gesta inolvidable y un germen de mucha generosidad;

- los deseos de participación justa y de integración del pueblo Mapuche y de otros pueblos originarios en la vida y quehacer de nuestra patria.

Gracias a Dios no faltan grandes y pequeños signos de esperanza que nos alientan en el caminar de todos los días.

3. Como comunidad de discípulos de Jesucristo queremos aportar a la construcción de Chile la gracia de la esperanza, conscientes de que:

- No hay esperanza sin compromiso con la verdad y con la honestidad de la escucha y el diálogo entre personas diversas. Cada chileno y chilena tiene algo que enseñar y algo que aprender. Sólo aprendiendo hay futuro. Sin búsqueda de la verdad no hay esperanza, sino victoria de unos sobre otros; sólo quedan vencedores y vencidos. Sin escucha y diálogo, es imposible un proyecto compartido y corresponsable que proyecte al futuro anhelado.

- No hay esperanza sin intentar entender lo que le pasa al otro, en particular a aquellos que reciben la peor parte de la vida en nuestra tierra, los peores sueldos, los peores ejemplos, las esperas más largas en los consultorios, los peores niveles de educación, las mayores soledades y las mayores dificultades para hallar trabajo, techo y pan sobre la mesa. La esperanza hunde su consistencia en la justicia y en la búsqueda del bien de todos.

- Nuestro gran deseo es convertirnos en testigos de la esperanza. Queremos contagiar esperanza a quienes nos gobiernan, a los transformadores sociales, a los educadores, a los trabajadores, a los pobres, a los jóvenes y los ancianos. Una esperanza que nos haga emprendedores de vida y de solidaridad y nos permita superar el desaliento y la frustración; una esperanza que es también virtud probada y que lleva a esperar contra toda esperanza (Rom 4,18).

4. Como discípulos misioneros de Jesucristo, queremos que la esperanza se convierta en un punto de partida de una etapa nueva de la historia de Chile. Muy distinto va a ser nuestro presente y nuestro futuro si lo emprendemos y lo vivimos teniendo a Jesús por protagonista, si somos conducidos por hombres y mujeres de esperanza y si alimentamos, con ella, la lámpara de nuestro diario caminar. También queremos celebrar la esperanza derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo: ello supone pedir perdón por la desesperanza vivida y sembrada; agradecer la esperanza que nos mueve a hacer más y mejor, a suplicar aumento de gracia y de consuelo, y a experimentar la alegría de otear el horizonte con los ojos de Jesús.

A eso estamos invitados en el Adviento que se acerca. La liturgia de este tiempo llevará a descubrir que la esperanza pone en nuestras vidas, felicidad, fidelidad y fecundidad, y a pedir al Padre Dios fortaleza en la fe, constancia en el amor y seguridad en la esperanza.

5. Con María, la Virgen Santa, cantamos y pedimos que mantenga el ritmo de nuestra espera. Ella lo hace al darnos al Esperado de los tiempos y al regalarnos su presencia maternal. Con Ella llegaremos lejos, hasta donde la esperanza nos lleve. Su visita al país en la hermosa imagen bendecida por el Papa Benedicto nos ha colmado de gozo; sus hijos la hemos descubierto como causa de nuestra esperanza y Madre del Consuelo. Nuestra historia nos enseña que nada comienza o recomienza sin su presencia: Reina y Madre de misericordia, nos muestra y ofrece a Jesús, el fruto bendito de su vientre, nuestro Redentor y Señor.

Como en la celebración de la Misa por Chile, en Maipú, seguiremos unidos a todos ustedes en el Corazón de Jesús y de María.


Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile

Punta de Tralca, 19 de noviembre de 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

FECHAS DE ACTIVIDADES

Secundarios:
  • 18 al 24 de Diciembre: Actividad 2° medios
  • 3 al 15 de Enero 2011: Trabajos de Verano-Caspana

Jóvenes:
  • 20 al 30 de Enero 2011: Campamento de Formación- Tirúa- Región del Bío Bío

Adultos:

Ejercicios Espirituales
  • 9 al 13 de Enero, acompañan Eduardo Muñoz sj y Guillermo Baranda sj
  • 22 al 30 de Enero, acompaña Andrés Hubert sj
Inscripción para EE.EE adultos con Juanita Villalobos, secretaria Pastoral Colegio San Luis

domingo, 14 de noviembre de 2010

Campamento Formación CVX Jóvenes 2011




Desde este sábado 13 de nov y hasta el 15 de diciembre estarán abiertas las inscripciones para el Campamento de Formación (pago de inscripción $10.000.-) .
Los interesados deben comunicarse con su asesor de comunidad o con Naty Chamorro al correo cvxjantof@gmail.com
El costo total del campamento es de $30.000.- (no incluye traslado)

Revisión de Vida III medios (2° parte)






Fotos JP Valenzuela sj

Revisión de Vida III medios (1° parte)






Fotos de JP Valenzuela sj


lunes, 8 de noviembre de 2010

Mes de María

Mujer de camino y mesa compartida

Escrito por Nicole Vásquez (CVX Jóvenes Santiago)

Pasaban 1,2,3 minutos, y la cápsula seguía subiendo… todos nos encontrábamos expectantes a la espera de que se asomara el primero de los 33 que volvería a encontrarse con los suyos luego de 70 días en que sólo pudieron acompañarse y alumbrarse con la luz de sus cascos. Se encontrarían con la luz de la luna, con el flash de las cámaras, con la luz de la mirada ansiosa y esperanzada de las familias que esperaban el encuentro, develando la enorme profundidad de la tierra que se hacía notar durante esos 15 minutos de ascenso.

Esa actitud de espera atónita, silenciosa, entregada, se nos hace conocida a todos los chilenos, ya que nos ha acompañado durante este año desde el particular clamor de nuestra Tierra, la cual ha necesitado rasgarse, reacomodarse, encontrar un nuevo punto desde el cual seguir dándonos sustento, desde donde nacen nuevas formas, nuevas geografías…

Este es el Chile que vivimos hoy y del que podemos leer los signos de Dios para nosotros. Algo significativo se esconde tras ese viaje hacia la superficie, tras esa mirada atenta de un país entero que intenta observar a través de un pequeño orificio aquel espacio profundo e infinito que posibilita el encuentro.
Esta imagen ha logrado conectarme con una joven sencilla de Nazareth, desde su actitud de escucha creyente, de espera y compañía gratuita. Una joven marginal que, siendo una como nosotr@s, ha permitido vislumbrar en su propio vientre el milagro del encuentro entre la profundidad de nuestra tierra y lo trascendente. Ha sido esta joven que he tenido la dicha de conocer y re-conocer desde los Ejercicios Espirituales bajo el nombre de “Nuestra Señora del Camino” la que, lejos de guardarme para ella bajo un cuidado señorial, me ha alentado en el seguimiento de Jesús.
María es “la que creyó primero”, la que se entrega ella toda y acoge las promesas de Dios en su vientre, dejando que en ese diálogo se produzca el milagro: la Vida. En esa vida de Jesús, se vuelve plenamente madre, enseñándole a dar sus primeros pasos en el mundo, a decir sus primeras palabras. En esta tarea, María no sólo acoge la promesa del Reino sino que la protege, deja que tome su vida entera… nos enseña sobre una promesa de Dios que transforma, desafía y cuestiona, una promesa que es dinámica y moviliza en pos del seguimiento de Jesús. Ella es la que recorre primero el camino, y mediante éste, nos conecta con Nuestro Señor.
Para mí, María ha sido madre, confidente e inspiración, modelo de amor y de servicio desde lo profundo de su Ser Mujer; mujer del ayer y del hoy, que en el dinamismo del seguimiento se suma al conflicto de Jesús. Conflicto que nos desacomoda porque se hace presente también hoy, desde los excluidos de nuestro tiempo, desde aquéllos que por más que quisieran no encuentran a nadie que les ayude a salir a la superficie. Ella no nos regala sus dones con el fin de desviar nuestra mirada hacia una devoción autorreferente, sino que nos anima desde Su ejemplo en el seguimiento confiado y atento de su Hijo, ayudándonos a salir de nosotros mismos en búsqueda del encuentro con Aquél que su voz no es escuchada.
Pidámosle especialmente en este mes, ese don tan propio de ella de “escuchar creyendo” desde nuestros miedos y dudas, desde las nuevas geografías de nuestro país y sus fragilidades hondas, para que podamos ayudar a levantar a partir de ellas, un país que acoge, que acompaña gratuitamente, que valora su tierra y a todos quienes son parte de ella. Un país que sea como aquel campamento Esperanza que fue capaz de unirse desde la diversidad, de compartir la mesa, los dolores y las alegrías, ya que ellos fueron ejemplo, como María, de que salir de nuestra casa a un lugar común para compartir la vida en su esplendor, es promesa de Reino para el Chile que soñamos.